jueves, 6 de junio de 2019

El psicópata Romasanta





Manuel Blanco Romasanta, nacido/a Manuela (aldea de Regueiro, EsgosOrense18 de noviembre de 1809 -  Ceuta14 de diciembre de 1863) fue un/a psicópata criminal español/a de sexo indeterminado. Autor confeso de trece asesinatos durante el siglo XIX, no fue ejecutado al considerarse el único caso documentado de licantropía clínica​ (refiriéndose a la enfermedad mental, no al ser mitológico). Conocido como El Hombre Lobo de Allariz es considerado como una representación real del Sacamantecas o El hombre del saco.


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La primera acusación de asesinato le llegaría en 1844 por la muerte, cerca de Ponferrada, de Vicente Fernández, un alguacil de León que pretendía cobrarle una deuda. Tras ser condenado en rebeldía a diez años de prisión, consiguió escaparse a un refugio en el pueblo abandonado de Ermida. Allí convivió con el ganado durante meses.


Volvió a aparecer en público bajo la falsa identidad de Antonio Gómez, esta vez en Rebordechao, mezclándose poco a poco con la población local, y estableciendo progresivamente relaciones personales, ganó en especial la confianza y amistad de las mujeres. Llegó a desempeñar el oficio de tejedor considerado propio de las mujeres en aquella época. Todo ello hizo que arrastrara cierta fama de "afeminado". Además, continuaba ejerciendo de vendedor ambulante y de acompañante 
sobre todo para aquellas mujeres que debían atravesar los bosques.


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Más tarde alegaría que lo que sufría no era una maldición sino una enfermedad. Además, declaró recordar todo lo sucedido una vez transformado de nuevo en ser humano, lo que fue decisivo para su sentencia. La defensa del reo argumentó que no se podía probar un asesinato con una única confesión, aunque ésta fuera la del propio acusado. El juicio (conocido como la "causa contra el hombre lobo") duró aproximadamente un año. La sentencia llegaría el 6 de abril de 1853, cuando Romasanta contaba cuarenta y cuatro años: se consideró que ni estaba loco ni era idiota o maníaco, y se le condenó al garrote vil por los únicos nueve asesinatos que se le pudieron probar y a pagar una multa de mil reales por víctima.

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